Se hizo esperar Lady Gaga en su "despedida" americana, precedida por su amiga y ex compañera de fatigas Lady Starlight, que calentó el ambiente de Cleveland hasta lo inimaginable y puso las expectativas bien altas para el último capítulo del Monster Ball Tour en México (el 3 de mayo en Guadalajara, el 5 y el 6 en el Foro Sol de DF).
Pero el mosqueo general (la diva estuvo despachando generosamente con la prensa hasta el último minuto) se diluyó en el acto con los primeros compases de "Dance in the Dark": la versión plateada Lady Gaga clavada en lo alto de ese escenario en el que se mueve como sirena en el agua.
A falta de escamas, la diva nos vendió carne, "ensangrentada" durante gran parte del concierto, desde ese "Teeth" que se ha convertido en rugido de guerra entre sus devotos fans, a los que pidió incesantemente: "Sed vosotros mismos. ¡No dejéis que nadie os corte las alas!".
Los famosos monólogos de Gaga se extendieron más de la cuenta en Cleveland, tal vez por la deuda sentimental de la cantante, que confesó haber compuesto allí –entre concierto y concierto- uno de los mejores temas de su nuevo álbum, 'Born this Way'.
Fue a la vez el clímax y el anticlímax del concierto, cuando Gaga se sentó ante el piano y arrancó con una balada –'You and I'- que para sí quisiera su adorado Elton John.
"No puedo expresar lo mucho que os amo", confesó a micrófono abierto, con lágrimas incipientes, ante sus 20.000 seguidores. "Sin vosotros, yo no sería nada. Sois parte de mi sueño".
Habló incluso por teléfono con ellos entre tema y tema, y les puso a dar botes con la rabiosa energía de "Just Dance", y luego con "Poker Face" y "Bad Romance", que siguen siendo los más jaleados. Con "Judas" inició la transición hacia el nuevo álbum, y "Born this Way" se lo reservó para el último y celebradísimo "bis", que convirtió el parqué de los Cleveland Cavalliers y de los Lake Erie Monsters (el equipo de hockey local) en un delirio de pelucas y postizos.
Gail Kinzel se llevó la palma con una perfecta imitación del famoso traje de la carne de Lady Gaga (que por cierto será el objeto estrella de "Women who Rock" en el Rock and Rock Hall of Fame). Ellen Russell se conformó con acoplarse una langosta al pelo, y Fallon y CJ Miller dieron la nota con sus "rulos" de latas de Coca Cola, sin duda el peinado más imitado por sus fans.
Jim Stevenson se pasó toda la noche en el papel de Judas, con la cruz a cuestas y envuelto en una bandera americana, mientras su colega Mel Friedman daba la comunión vestido de rigurosa monja. Hans y Freddie, dos negros de casi dos metros, se subieron a los tacones de plataforma, y Diane y Courtney Conrad (madre e hija) parecían hermanadas por la camiseta azul de su cantante predilecta.
A todos ellos, la misma pregunta: "¿Qué tiene Lady Gaga que no tenga otras?", La respuesta, casi unánime: "Nos da una tremenda sensación de libertad y una energía explosiva y altamente contagiosa".
La Casa de Gaga.
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