La compañía que edita a Lady Gaga y Amy Winehouse tiene ya nuevas estrellas femeninas. Y éstas también se visten raro, aunque al menos se mantendrán fieles a su estilo y no darán bandazos estéticos: se trata de las monjas de clausura de la Abadía de Nuestra Señora de la Anunciación, en Aviñón (Francia), que han resultado elegidas en una de las iniciativas más peculiares de los últimos tiempos. Resulta que, por iniciativa de un cazatalentos de su subsello Decca, Universal publicó un anuncio cuyo encabezamiento decía «atención, monjas y órdenes religiosas», en el que se citaba a San Agustín y se prometía un «proyecto nuevo y único de grabación». Más de 70 conventos de Europa, África y América respondieron a esta convocatoria y, finamente, las ganadoras han sido las monjitas de Aviñón, que editarán su disco en noviembre pero antes han tenido que superar ciertos escrúpulos de conciencia: «Al principio estábamos preocupadas por si iba a afectar a nuestra vida enclaustrada, así que preguntamos a San José en oración. Nuestros rezos obtuvieron respuesta y pensamos que este álbum sería una cosa buena si toca las vidas de las personas y les ayuda a encontrar la paz», ha dicho la superiora. El contrato se firmó en plan cortejo a través de una reja.
Y, de hecho, es un cortejo, una historia de amor un poco interesado. La compañía sueña con repetir el éxito de los monjes cistercienses de Stift Heiligenkreuz, que han vendido más de un millón de copias de su álbum Chant: Music For Paradise. Tal como están las cosas en el mercado discográfico, a lo mejor es cierto que San José tiene algo que ver con estas cifras casi milagrosas.
La Casa de Gaga.
0 comentarios:
Publicar un comentario